Diario de aprendizaje Daniel Marvaso

¡Hola compañeras y compañeros del mundo! Mi nombre es Daniel. Soy Daniel Marvaso. Vivo en la Argentina, puntualmente en Buenos Aires, en el corazón de esta ciudad, casi su centro geográfico y seguro, un lugar de mucho sentimiento porteño, que es el barrio de Almagro. Trabajo como Kinesiólogo (terapista físico como lo llaman en España) en el área de la neurorrehabilitación. También soy profesor universitario en las carreras de Kinesiología (universidades privadas) y Psicomotricidad (universidad estatal). Inicialmente comencé enseñando por idoneidad en el campo clínico. No conforme con ello, decidí formalmente capacitarme en la enseñanza cursando el profesorado en educación superior, luego una diplomara en educación para ciencias de la salud y finalmente la maestría en educación para profesionales de la salud. Ese es mi camino como docente. Ahora, seguramente impulsado por un "sesgo pandémico" que me acompañó a lo largo de la enseñanza-aprendizaje durante el 2020; quiero formar

Se agrupó en el suelo con su reloj luminoso. En él guardaba todo lo necesario para sobrevivir. ¿Qué más necesita? Un poco de energía, conexión a la red y cierta movilidad manual para concretar sus objetivos hegemónicos. Amimia. El único sonido que emite es para advertir a los demás su llegada. Aunque rara vez lo utiliza. Temeroso y decidido. Con una alta capacidad de atención focal y dividida, solo en intensidad ya que temporalmente es breve y extremadamente selectiva. Este ser que ha evolucionado desde los antiguos homínidos homo sapiens sapiens (aquel que tenía la capacidad de reflexionar sobre su propia naturaleza y conducta), hoy vive una conciencia extracorpórea donde sus emociones más profundas solo aparecen en algunos sueños y ante la amenaza de una desconexión. Capaz de procesar en paralelo la información analógica y digital a una velocidad nunca antes desarrollada. El estudiamutante permanece largas horas en vigilia frente a la diminuta pantalla que lo cautiva. L

Una vez por semana, se pueden compartir talleres donde los alumnos enseñen lo que saben hacer, algo que quieran transmitir. Algo así como una Feria de Saberes Compartidos. Los expositores serán convocados al inicio del cuatrimestre mediante una convocatoria con una temática orientada al espacio de la carrera de kinesiología: actividades físicas, artes musicales, artes plásticas, fotografía y video, escultura, expresionismos literaria, trabajos de investigación clínica, comunicación interpersonal, reflexión y otras temáticas que puedan aportar a las competencias generales del futuro profesional. Los expositores serán seleccionados e invitados para exponer ante el resto de la comunidad escolar durante un tiempo máximo de 20 minutos. Se pueden grabar estas clases para compartir con los no asistentes presenciales. Se puede organizar el Banco de Saberes Compartidos. Daniel Marvaso

¿Y la mutación de la escuela...? Había una vez un filósofo griego. Lo llamaban "el oscuro". Apodo que se ganó porque en sus reflexiones abundaban aforismos turbios y enredados, donde intentaba explicar la realidad confusa y ambigua. El afirmaba que todo, todo, todo permanece en un cambio incesante. Que lo único constante es el cambio. ¿Paradójico? Su nombre era Heráclito de Éfeso (540-480 a.C.). Cambia la realidad, la tecnología avanza, los estudiantes se nutren más en sus ratos libres que en el espacio escolar. Los docentes afrontan cotidianamente estas manifestaciones y en un afán heroico, intentan interpretar los sucesos de una contemporaneidad en la cual no se formaron, y para la cual no están preparados. Y los alumnos nos enseñan. Y los docentes se resisten. Y los alumnos nos indican con su índice (nunca mejor dicho). Y el docente baja los brazos. La escuela como institución no acompaña, queda relegada. Los ritmos son diferentes. Y la melodía desaco

Educar Educar es lo mismo que poner un motor a una barca… Hay que medir, pensar, equilibrar… y poner todo en marcha. Pero para eso, uno tiene que llevar en el alma un poco de marino… un poco de pirata… un poco de poeta… y un kilo y medio de paciencia concentrada. Pero es consolador soñar, mientras uno trabaja, que ese barco, ese niño, irá muy lejos por el agua. Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras hacia puertos distantes, hacia islas lejanas. Soñar que, cuando un día esté durmiendo nuestra propia barca, en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada. Gabriel Celaya En el proceso de enseñar y aprender muchos docentes del siglo pasado nos vamos quedando con marco conceptuales arcaicos a estos tiempos donde lo que abunda es la cantidad de información disponible para todos. Los recursos son infinitos. Los estudiantes que participan de nuestras clases poseen muchas más herramientas te